Cuando se está pensando en adquirir una vivienda uno de los primeros datos que es importante conocer es el valor catastral, pero ¿cómo se puede saber el valor catastral de un inmueble?
La forma más rápida y sencilla de conseguirlo es acudir a las páginas oficiales de las Comunidades Autónomas. En ellas se ofrece un servicio gratuito de valoración de bienes urbanos.
Aunque cada página tiene sus peculiaridades, en general solo hay que rellenar unos campos relativos a la ubicación del inmueble y después indicar los metros cuadrados, construidos y útiles, y algún otro dato general relacionado con la antigüedad y estado de la vivienda.
A partir de esos datos es como se puede saber el valor catastral de un inmueble.
Pero ¿qué es el valor catastral?
El término es común y estamos habituados a escucharlo, pero lo cierto es hay lagunas relacionadas con qué es realmente este valor, cómo se calcula y qué utilidad tiene. Para entenderlo bien, lo mejor es ir por partes.
Según se recoge en la Ley del Catastro Inmobiliario, el valor catastral de un inmueble es un valor administrativo que se determina objetivamente para cada bien inmueble a partir de los datos que aparecen en el catastro inmobiliario y que integra el valor catastral de las construcciones y el del suelo.
Importancia de saber el valor catastral de un inmueble
En cuanto a los motivos por los que es importante saber el valor catastral de un inmueble destaca poder disponer de un procedimiento de valoración colectiva que permite valorar los inmuebles de las mismas características.
Es decir, con este valor se puede calcular una cantidad de referencia o unos valores homogéneos de lo que vale un bien concreto según su clase y características.
Cómo se calcula el valor catastral
Hay que recordar que cada Comunidad Autónoma establece unos parámetros concretos, pero, habitualmente, el cálculo del valor catastral de una propiedad se realiza teniendo en cuenta dos aspectos:
- Valor del suelo
- Valor de la construcción
Para la valoración del suelo se tiene en consideración los metros de la parcela, el número de fachadas, la forma de la parcela y otros datos como por ejemplo si para dicho suelo existen restricciones de edificación.
Para la estimación del valor de la construcción se analiza la antigüedad del inmueble, el tipo de uso y el nivel de reformas y el estado general de la vivienda.
Además de estos datos, también se tienen en cuenta otros coeficientes que afectan al edificio y al terreno donde está situado como la depreciación funcional, la inadecuación u otras cargas similares.